Fabricantes apuestan por smartphones de bajo costo baratos y economicos para conquistar mercados emergentes
En medio de una desaceleración del segmento de teléfonos inteligentes, las empresas buscan ofrecer equipos baratos para ganar terreno en países en desarrollo, según se pudo ver en el Mobile World Congress de Barcelona
La ralentización del mercado de los smartphones baratos y economicos en las economías desarrolladas ha conducido a los fabricantes a volcarse cada vez más hacia los países emergentes, donde existe una verdadera necesidad de internet móvil debido a sus deficientes redes fijas.
De acuerdo con cifras de la consultora IDC, el mercado de smartphones bajará la velocidad de su marcha en 2014 y en los años venideros: mientras que en 2013 el segmento experimentó un alza de 39,2%, la firma de investigación estima que este año el rubro crecerá alrededor de 19,3%, mientras que la cifra bajaría al 6,2% en 2018.
Con los mercados desarrollados encaminándose a la saturación, los fabricantes eligen cada vez más volcarse a los clientes de países emergentes, una tendencia que pudo verse en el Mobile World Congress de Barcelona, que hoy clausura su edición 2014.
Numerosos fabricantes han presentado teléfonos inteligentes a bajo costo durante la exposición, entre ellos el chino ZTE Alcatel OneTouch o la finlandesa Nokia con su gama Nokia X, que funciona con Android y se venderá a un precio de entre 89 y 109 euros antes de impuestos y subsidios.
Mozilla, por su parte, dio a conocer un smartphone con Firefox OS de 25 dólares, creado en asociación con el fabricante de compuestos electrónicos chino Spreadtrum. Su salida al mercado, sin embargo, por el momento no tiene fecha.
"Los mercados emergentes representan un relevo de creciente importancia para los fabricantes ya que el ritmo de renovación de móviles se ha ralentizado en los mercados maduros", explica Adrien Bourreau, experto en el sector de telecomunicaciones de la consultora Kurt Salmon.
Estos países, con habituales deficiencias en la red fija, se centran en desarrollar las redes móviles e incluso "se saltan una evolución tecnológica pasando directamente de la 2G a la 4G", dice Bourreau.
Los proveedores de telecomunicaciones se han dado cuenta y también ellos han puesto el foco en estos países. En este sentido, el director general de redes del chino Huawei, Ryan Ding, asegura que "ciertos países africanos y del Oriente Medio han tramitado licencias 4G en 2013, lo que brinda oportunidades" para los proveedores.
Incluso antes de la llegada del 4G y el internet móvil, el celular se había convertido en un instrumento central en la vida cotidiana de los países emergentes por la funcionalidad del pago móvil y aplicaciones como una que permite verificar los códigos de los medicamentos.
"Les encantaría tener un smartphone"
Actualmente "existe un importante mercado en África o América del Sur donde les encantaría tener un smartphone, un verdadero smartphone con el que acceder a las aplicaciones", asegura Magnus Rehle, analista de Greenwich consulting.
El operador francés Orange, muy presente en África, lanzó en septiembre un teléfono inteligente fabricado por Alcatel, el Pixi, a un precio de alrededor de 50 dólares, con un abono a internet pensado para "democratizar los datos móviles", explica la compañía.
En estos seis meses, Orange ha vendido 135.000 unidades en la veintena de países emergentes donde los distribuye.
Con la evolución hacia los smartphones, se están encontrando con la dura competencia de los constructores chinos como Huawei, ZTE, Lenovo, que acaba de comprar Motorola, y TLC con su marca Alcatel OneTouch.
"África, India o Indonesia son probablemente los próximos mercados clave. Vietnam y Tailandia se convertirán asimismo en mercados enormes. Hay algo menos de competencia y se podrá jugar con los precios allí, aunque tendrán que plantar cara a los fabricantes chinos, que utilizan Android, con precios realmente bajos", asegura Lawrence Lundy, experto del despacho de consultores Frost&Sullivan.
En estas zonas los equipos de alta gama resultan demasiado costosos, pero hay un desafío para los fabricantes: conseguir ofrecer un verdadero smartphone para la población muy tecnófila de estos países a un precio suficientemente bajo para que lo puedan adquirir.
"El reto es que los márgenes son muy limitados y es difícil sacar beneficios", advierte Ian Fogg, analista en IHS.